La Pera del Olmo
Ricardo Urquidi
“Pero no tiene la culpa el indio, sino el que lo hizo compadre…”
En un país en donde no se cultiva la cultura del esfuerzo, en donde la política nacional de todos los partidos es dar despensas, obstinarse en lograr un pueblo dependiente, en donde un idiota de Palacio Nacional declara que no hay que ser aspiracionista, que para vivir solo bastan un par de zapatos y doscientos pesos en la bolsa, en donde los mejores cerebros del país tienen que emigrar a otros países, en donde la ciencia e investigación es letra muerta, en donde hay una corrupción, impunidad, influyentismo galopante del cual el deporte mexicano no es ajeno.
“Respeta a tus padres, aprobaron sus estudios sin Google ni Wikipedia”
Lo más común es que la horda de imbéciles a los que las redes sociales les da un espacio para expresarse libremente sin conectar el teclado al cerebro, si es que lo tienen, critiquen a los deportistas olímpicos que nos representan en Paris, por los resultados obtenidos.
Los menosprecien sin saber lo que significa asistir a unos Juegos Olímpicos y más en estos tiempos en que para asistir debes de dar tiempos, puntuaciones, ganar torneos clasificatorios, no como los del principio en donde era por invitación, hoy en día es muy difícil representar a un país en la justa mundial, atrás de todo olímpico, sea cual sea su país, están ciclos olímpicos con desveladas, entrenando en tu país de origen en madrugada, en el huso horario en que la competencia final en el país que se va efectuar, entrenamientos diarios extenuantes, sacrificios de alejarse de la familia, posponer tu educación universitaria, decirle adiós a las fiestas.
“Las redes sociales te vuelven vulnerable y no ofrecen nada a cambio.”
Y más aún si tienes la fortuna de nacer en México, la historia de los olímpicos mexicanos, con o sin medalla, están plagadas de esfuerzo individual, de costearse su preparación, su competencia sin ayuda del gobierno, de que sea el mismo directivo quien le ponga obstáculos en el camino, sus familiares, amigos son su principal sostén económico para lograr un sueño y cuando ya te ganaste un lugar en la delegación, te bajan por otro que no tiene méritos, ir a unos Juegos Olímpicos, ganar una medalla depende del día, del momento, es una conjugación de factores que te da el resultado de una medalla, el hambre, el coraje la determinación lo tienes, el sentimiento de patriotismo, lo tienes aunque no hayas nacido en México, porque los mexicanos como dijo Chávela Vargas, nacemos en donde se nos da nuestra chi…
Todos aquellos que se burlan, creen que su mayor éxito en la vida, es comprar un celular, instalar una aplicación para creer que existen, no por medio del crecimiento académico, empresarial, existen en una realidad digital de que, si no publican una foto, un selfie de cuando van al baño, no critican todo los que les llega, no forman parte de una sociedad virtual, no tienen sus diez segundos de fama que les perpetua su existencia.
“No digas nada en línea que no querrías que fuera expuesto en un anuncio panorámico con tu cara puesta en él.”
Esa actitud de canibalismo muy arraigada en el mexicano, es común en un pueblo en donde el éxito no se acepta, se critica, se busca un resquicio deshonesto, aunque no exista, lo inventas al que lo ha logrado, se recurre a la metáfora de los cangrejos en una tina, donde el estereotipo social te dice que, si tienes éxito, algo mal hiciste para lograrlo y hay que bajarte de tu afán de sobresalir.
Mientras tanto a través de las redes sociales se ha fomentado un deporte nacional: estar en contra de todo y a favor de nada… mi estilo de vida es superior al tuyo… mentir, manipular…
“La vanidad humana nunca se ha sentido mejor que desde que existen las redes sociales.”
Sucede en el mundo, México no es la excepción y mientras los pueblos, las multitudes no tengan acceso a la educación, el desorden en la sociedad, la división que provocan nuestros líderes políticos, el capitalismo voraz y la izquierda hipócrita harán presa a todas nuestras debilidades.






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