Ricardo Urquidi

A Vichy

El que puso la vara muy alta

Sexta de no sé cuántas…

Después de ganar el Master en Montecarlo, Roberto se concentra en Roma y Roland Garros, los dos únicos torneos grandes que no ha ganado, los dos se juegan en arcilla, una superficie que no logra dominar y quiere quebrar ese obstáculo, quiere tener en su vitrina a los cinco grandes torneos que todo tenista quiere ganar, todo Mayo y parte de Junio va a estar en Europa, el Estatal puede esperar.

En Roma Roberto pierde la final, en Paris gana el Roland Garros su objetivo lo consigue a medias, después de Francia quiere ir a Parral, a debutar en el Estatal, discutiendo con su equipo, con sus compromisos comerciales, con lo largo del viaje y lo que significa de desgaste, le recomiendan no hacerlo, el parralense no les hace caso, después del Abierto de Alemania a mediados de Julio, sale a la capital del mundo, su debut en el Estatal, será en Parral, no podría ser otra plaza, el rival: Los Soles, su Padre ya sigue su recuperación en su casa, va a ser testigo, después ya volverá a Europa para prepararse para Wimbledon.

Al llegar al aeropuerto del Valle, se encierra en su casa a platicar, disfrutar de su familia,  los únicos ajenos al círculo familiar son Michael, Kay, Manolo y su esposa, viejos conocidos, hacen una carne asada, al final los asesores caen ante el guacamole, las quesadillas, los frijoles charros, el inconfundible sabor de la carne de Chihuahua, Pablo Miguel su cuñado llega con los Mariachis, el divorcio entre Roberto y Cipriano desaparece, la familia vuelve a su origen natural, bajo el ambiente de la idiosincrasia mexicana concluye la noche previa al partido.

La presencia de Roberto en el Estatal, no era nueva, a través de su agente, había gestionado ante Nike para que fuera el proveedor de todos los uniformes y arreos de los Mineros, para el partido ante los Soles, la taquilla se destinará a la Casa Hogar, Asilo de San Vicente, Primer Paso, Centro Down, Rosas Rosas, el partido se anuncia por el canal de Tenis TV a nivel mundial, Roberto le dio prioridad sobre ESPN, solo a los medios locales de Parral, que siguen la cobertura de los Mineros se les permite trasmitir, Roberto no admitirá entrevistas hasta que el juego concluya, rechaza invitaciones de la Gobernadora del Estado, del Presidente Municipal, que le ofrecieron las llaves de la ciudad, nombrarlo hijo predilecto de Chihuahua, advierte que por respeto a sus compañeros de equipo, no quiere nada extraordinario al principio, durante y después del partido, Michael su agente se lamenta, los funcionarios públicos encargados de contactar a Roberto, ofrecieron cuantiosas sumas por una foto juntos, al contrario les anuncio que de hacerlo sin su consentimiento, Roberto suspendería su debut, si quieren hacerlo, será en otra visita a su tierra natal.

Su llegada al Estadio Parral es protegida por toda la fuerza policial de Parral, Cipriano en silla de ruedas es el que sufre la irracionalidad de las multitudes, a Roberto le duele separarse de su familia, pero tiene que ir al terreno de juego, al igual que su preparación para los torneos importantes, así asume su debut con los Mineros.

El Estadio Parral es insuficiente para tal cantidad de fanáticos, hay de todos, hasta los que nunca habían presenciado un partido de béisbol, hasta seguidores de las diez zonas que componen la Liga Estatal, por supuesto que hay políticos, funcionarios públicos, todo el mosaico de una comunidad hace presencia en el diamante de los Mineros, sin saberlo nadie, también en las gradas, hay scouts de Grandes Ligas.

Luego de presentarse con sus compañeros, Roberto se dirige a calentar, con satisfacción Kaye su preparador físico ve que aquí si hay montículo, mientras calienta por el lado de primera, los ojos de Roberto tienen destellos, una imagen lo distrae: Es Nani, le llama a Manolo que atento va al llamado: “Ves a la chava que trae una camisola de los Yankees, aquí a mi izquierda?” , “Si”, “Ve y dale el número de mi teléfono, que de mi parte, si podría darme el suyo”, con un ojo en el guante del receptor y otro en las gradas, Roberto sigue a Manolo, se impacienta porque no regresa, cuando así lo hace, pregunta apresurado: “Te dio su teléfono?”, “Si”, “Excelente”, contesta emocionado Roberto.

Kay con ojo de águila sigue todos los movimientos de Roberto, pero el ruido de los tambores, la algarabía que reina en el parque de pelota, lo saca de concentración, todavía no comienza el partido y ya el ruido de las gradas aturde sus oídos, el lleno, a pesar de su larga experiencia en el circuito del tenis mundial, lo impresiona, está acostumbrado al silencio del tenis, Roberto lo rescata: “¡Estas en Parral, mi tierra, disfrútalo!, esto apenas comienza!”.

En la quinta entrada, Alejandra le pide a los paramédicos que vengan, nota muy agitado a Cipriano, cuando llegan con la mano despacio, los corre, nadie le va a quitar un momento de lo que siente y vive, Roberto lleva el perfecto, los Mineros ganan fácilmente a los Soles 8 a 0, afortunadamente la regla del nocaut desaparece por las circunstancias del juego, hay más nerviosismo en el cuadro, en los jardines que en el montículo, ningún Minero quiere cometer un error, nadie quiere que la bola lo siga, así llegan a la novena con 18 ponches en la cuenta del parralense, el monstruo de mil cabezas ruge, la bandera de los Mineros va de un lado para otro por el lado de primera, en el sonido local, el ya himno inmortal de Melchor Silva y Gilberto Gless, resuena: “ Vamos Mineros Duro…”, Kaye, Michael y los reporteros de las cadenas internacionales acostumbrados a la flema anglosajona, sin la experiencia de haber cubierto en Latinoamérica un partido de béisbol, no salen de su asombro cada vez que Roberto lanza para home, lo único que hacen es ponerle un nombre a lo que ven en las gradas: Manicomio.

Al caer el out 27, el Coloso de Los Linderos explota, ninguno de los presentes había presenciado un juego perfecto, otros ni saben su significado, las fuerzas del orden son insuficientes, hay invasión de terreno, nuevamente Roberto es subido en hombros, otra vez hay vuelta olímpica, al pasar por el lugar de Nani, la busca, sus miradas se encuentran, Roberto tímidamente le agita la mano, Nani le corresponde, Cipriano y su familia no dan crédito a lo que ven, solamente se dejan llevar por el momento.

Después de la escaramuza, la locura en el Estadio Parral, Roberto gana Wimbledon, quiere aprovechar que es año olímpico y gana la medalla de oro en Paris, ya no solo recibe invitaciones de autoridades de Chihuahua, ahora es la Presidencia de la Republica quien lo invita a Palacio Nacional, los ignora, solicita que los tres millones de premio por su medalla olímpica sean asignados para una pantalla panorámica en el Estadio Parral, en Agosto en la primera ronda de la postemporada del Estatal, Parral va contra Juárez, Roberto a partir del inicio de playoffs quiere reportar semanalmente con los Mineros, su equipo le dice que es imposible, él les dice que no es pregunta, que preparen todo hasta donde llegue la Furia Gris, no quiere contratiempos.

A finales de Julio durante el desarrollo del Abierto de Atlanta, Georgia, en la soledad de su suite, Roberto hace una llamada a Parral: “Hola… sabes quién habla?”, “Si”, responde una voz femenina apresurada, “Gracias por primero darme el número de tu teléfono y después por atender mi llamada”, “Pero, porque yo?, no te conozco, nunca he cruzado hasta ahora una palabra contigo… pensé que el señor que me pidió mi teléfono, era puro cotorreo, que más bien era para él, que era un viejo rabo verde”, Roberto suelta la carcajada, acordándose de Manolo y lo incomodo que se debió poner ante Nani, ya con más calma explica: “Bueno tu no me conoces, yo sé que te llamas Nadia y todo mundo te dice Nani, quiero decirte que tu ibas un año más abajo que yo en la Escuela Díaz Ordaz… en el recreo siempre me gustaba verte cuando jugabas voleibol… siempre me has gustado, pero nunca tuve el valor de acercarme”, “Que barbaridad, quien iba imaginarlo, yo sin darme cuenta… que más sabes de mí?”, “Bueno en secundaria te perdí, yo estudie en la Federal, la preparatoria en Estados Unidos y ya no supe nada de ti, hasta que en uno de mis viajes en Parral te vi en la calle y después cual fue mi fortuna que te vi en el estadio y por fin me decidí a pedirte tu teléfono”, “Pues quiero decirte que luego de que le di mi numero al señor, me preocupe mucho, después me tranquilice porque me dijeron que este señor había sido tu entrenador y por ultimo no creí que me fueras hablar, hasta hoy que vi que era una llamada internacional y me imagine que eras tú”, así comenzó Roberto su relación con Nani, una hermosa mujer de 23 años, uno menos que su ya pretendiente, de pelo castaño, ojos cafés claros, sonrisa franca, labios eternos, cejas finas y manos chicas, egresada del Tecnológico de Parral en la licenciatura de Gestión Empresarial, después de más de dos horas de conversar, Roberto le pide un favor, en su próxima visita a Parral, la va a invitar a su casa a una comida, hacerlo en un lugar público, no sería lo ideal, Nani ya relajada, halagada, gustosa acepta.

Afortunadamente en Agosto el circuito de la ATP se traslada a Estados Unidos, sin embargo los Mineros no cuentan con él la primera semana de Agosto, los juegos coincidían con la semifinal y final  del Abierto de Washington, Distrito Columbia, los Mineros sin Roberto dividen en casa ante los Indios, en el cuarto, de cinco posibles en la primera frontera del país, después de ganar su partido de semifinal del Abierto de Montreal, apresurado llega para ganarlo, ahora no es fácil, la tribu le anota dos carreras, pero Mineros sale avante, el equipo y unos colados regresan a Parral en la nave corporativa de Nike, cuya única condición es que se le permita un equipo de camarógrafos para filmar la travesía, el calendario tenístico-beisbolero de una de sus estrellas deportivas.

Los Mineros por primera vez  en su milenaria historia, viajan en avión, solo hay un problema, no hay cervezas para festejar, pero se olvidan y disfrutan en la intimidad de un espacio con Roberto, todos son un mar de preguntas, incluyendo a los que jugaron con él en infantiles y juveniles, Roberto pacientemente atiende todas las preguntas, parece que da una charla motivacional ante un auditorio, hasta llegar el momento en que les pide que se concentren en el quinto partido y decisivo, ese es el objetivo, no su trayectoria, al llegar a El Valle, ya un camión de la agencia de viajes Ontiturs los estaba esperando, todos los peloteros sienten que viven una epopeya, que son tratados como si fueran de las Ligas Mayores, Roberto se despide de ellos, no se baja del avión, sale rumbo a Montreal a jugar la final, quisiera estar en el quinto, pero si no se devuelve a jugar la final se podría hacer acreedor a una multa por parte de la ATP.

El quinto sin Roberto, los Mineros motivados por la experiencia de viajar en avión, por la plática que tuvieron de regreso a Parral, salen más que decididos a pasar a la siguiente ronda, los Mineros van contra los Venados de Madera en la semifinal, a más de cuatro mil kilómetros de distancia, Roberto gana el Abierto de Montreal, la final tuvo una audiencia inusitada en Parral, en la entrevista Roberto dice unas finales palabras: “Este triunfo se lo dedico a mi novia”, cuando termina de hablar, Roberto se da cuenta que no le ha pedido a Nani ser su novia y se arrepiente, en Parral, Nani se siente halagada y a la vez enojada, su inseguridad la rodea, está hablando de mí?, no sabe cuál sentimiento va a predominar cuando tenga a Roberto enfrente.

Deja un comentario

Tendencias