Ricardo Urquidi
A Vichy
El que puso la vara muy alta
Octava de nueve partes…
Atropellado antes de que se termine el partido, Michael vuelve al palco de la familia Orihuela, cuando lo ve Roberto sabe muy bien de que se trata: “Aceptaron los Yankees, causaste mucha conmoción, se juntó toda la directiva, hasta llego Hal Steinbrenner, checaron tus contratos, afortunadamente estas con Nike, que se unió a las negociaciones… van a subir a un tal Jasón Domínguez y a ti, tú decides?, lo único que pude sacar extra, son las regalías por la venta de tu jersey”, hay una pausa, Roberto tiene que tomar una decisión, “Ve con mi Papa, llévale un papel y una pluma, no le digas de que se trata… con tu español pregúntale que si él hubiera llegado a jugar Grandes Ligas que numero habría escogido?”, así lo hace, cuando tiene la respuesta simula ver el juego unos momentos, para regresar con Roberto con respuesta en mano, Michael le enseña el 21 y abajo un nombre: Clemente, Roberto ya sabe el origen de su nombre y que numero va a portar con los Yankees, Michael les comunica la respuesta y el número del futuro jersey de Roberto, Brian Cashman, Gerente General de los Yankees le dice que no, ese número, está retirado y pertenece a Paul O’Neill, que escoja otro, vuelven con Cipriano y le dicen que si puede escoger otro número, la piensa por un rato: “34”, escribe sin saber porque Michael insiste.
Al día siguiente en Lakewood, New Jersey en el estadio Jersey Shore sede de los BlueClaws, filial de los Phillies de Filadelfia, Roberto debuta con los Hudson Valley Renegades, la delegación Orihuela llega al parque, con engaños, simulando un recorrido turístico por el vecino estado lo llevan, ocultándole a Cipriano los periódicos que informan de la firma de Roberto para los Yankees, cuando llega no sale de su asombro cuando a la distancia orgulloso ve a su hijo con el 34 de Fernando Valenzuela, asimila las preguntas de Michael, cuando nació Roberto, no dudo en el nombre, fanático del Cometa de Carolina, bautizo a su hijo en su honor, era un secreto que guardo toda su vida, ahora luego de descubrirse la razón al preguntarle sus números preferidos, ya no tiene tapujos en reconocer el origen del nombre de su hijo.
Ya instalado en los vestidores platica con Dylan Jasso, dos parralenses de pronto son compañeros de equipo en una sucursal de los Yankees, comparten experiencias, para luego ser compañeros en el line up, Roberto lanza dos entradas, la tercera y la cuarta, se enfrenta a ocho rivales, le dan un hit, otorga una base por bolas, poncha a dos, no acepta carrera, la directiva neoyorkina, muestra satisfacción, su recta rondo las 95 millas por la zona de strike, el parralense tuvo buenas opiniones de todos los visores de los Yankees, en especial de Matt Blake, coach de pitcheo, Dylan jugando la tercera y la primera base se va de 3-2, anota una carrera, produce otra, le dan una base por bola, le recetan un ponche.
El jueves otra prueba hay que ganar la segunda ronda en Flushing Meadows, fácilmente lo logra, luego de despedirse, checar detalles, junto con Nani, salen rumbo al aeropuerto de LaGuardia, un avión de 50 pasajeros con personal de los Yankees, medios de comunicación los espera, se programa el vuelo para que lleguen el viernes con la luz del día a la pista de Madera, ya que el aeropuerto no cuenta con infraestructura de navegación nocturna, al llegar se separa del grupo, quiere estar con sus compañeros de equipo, lo primero que hace es pedir una trucha arcoíris, Nani escéptica de los gustos de su novio, come lo mismo, les encanta, los demás pasajeros se sorprenden de la Esmeralda de la Sierra, tienen la fortuna de la preferencia, tienen techo en los demás hoteles, para el resto de fanáticos no hay cupo en los hoteles, la población aprovecha el momento y renta recamaras bajo el lema de: cama y desayuno, en los alrededores del estadio, los que no encuentran espacio, rentan casas de campaña alrededor del estadio, en todo Chihuahua solo hay un destino y un motivo: el sexto de la semifinal, nuevamente como ha sucedido en los últimos partidos en donde ha lanzado Roberto, hay una cobertura internacional, Madera se convierte en atracción mundial, núcleo de los sucesos del fin de semana, se realizan previo al partido reportajes de los atractivos turísticos, los lugareños se sienten extraños en su propia casa, lo único que hacen es voltear a la cámara y sonreír, todo listo, solo falta el playball.
El juego programado a las siete y media no comienza a tiempo, llega el Dios Tláloc y lo retrasa, malas noticias, el horario de regreso se limita, deben salir a más tardar a las once de la noche, para con el cambio de horario, llegar a más tardar a las ocho, nueve de la mañana a Nueva York, a las once es el juego de la tercera ronda para Roberto, paralelo a las incidencias del partido, con la ayuda del ejército mexicano, se ha montado un operativo para alumbrar de luces la pista aérea, el piloto tiene ciertas dudas de que pueda despegar, ingenieros aeronáuticos de la armada mexicana le trasmiten confianza, desde el aeropuerto de la capital del estado le van a estar asesorando.
En la séptima entrada, a las once y cuarto de la noche, Michael se mete al dogout de los Mineros, va directo con Roberto, Parral pierde el partido 4 a 0, solo una carrera de los Venados es limpia, un jonrón en la quinta, en la sexta con dos errores de su cuadro, entradas de gatos negros para un rallie de 3 carreras, los Mineros luego de conectar más de 40 hits la semana pasada, ahora traen la pólvora mojada, Michael con el reloj le avisa que es hora de partir, el parralense secándose el sudor con una toalla se lamenta, personal de los Yankees con otro argumento también lo invita a dejar el partido, lleva 80 lanzamientos, más los 30 que realizo en su debut en la Liga del Atlántico Sur, ya son más que suficientes, va con Jimmy Quintana, le expone la situación, se asimila, con coraje dibujado en su rostro, se despide de sus compañeros, el relevo tratara de ganar el partido, por primera vez desde que regreso al béisbol, Roberto puede perder un partido, el cansancio acumulado, las horas de viaje están haciendo efecto.
Kaye y Michael le ayudan a llenar su maleta, al salir del estadio recibe el consuelo de Nani, el contingente de vehículos sale rumbo a la pista, cuando todo mundo lo aborda, sin problemas la nave despega, el capitán respira hondo y profundo para que levante vuelo y altitud, cuando el jet se estabiliza la prensa quiere palabras de Roberto, “Debo dormir, si me permiten”, ni siquiera quiere oír el resto del partido, se adjudica toda la culpa, no respondió a las expectativas, se aísla de los demás y bajo el hombro de Nani, duerme esperando despertar en la gran urbe, en su ausencia quiere creer que sus Mineros ganen el séptimo, solo esa esperanza lo cobija, en Nueva York, Cipriano esta que no cree el resultado, por primera vez en la vida de lanzador de su hijo, no tiene reclamaciones, los Venados ganan aprovechando los errores del rival, hay un silencio en la suite del hotel, Pablo Miguel se levanta y apaga el televisor, no hay más que silencio como respuesta.
Al otro día, al llegar al complejo tenístico, al ver a Cipriano, le pide perdon: “No pude, no estuvo de mi parte, muchos errores, pero al fin de cuentas, yo asumo la derrota, me equivoque con el bateador de la quinta”, su Padre con nobleza, con su mano le pide que se acerque y lo consuela, después se va a los vestidores y el que paga los platos rotos es un australiano que es vencido por Roberto en tres sets, para pasar a octavos, ahora no hay tour, el cansancio lo detiene, pide ir al hotel a descansar.
Cuando despierta, somnoliento con la pesadez del viaje, el partido, estirando los brazos busca la humanidad de Nani, en la suite hay una cena de carbohidratos para que Roberto se recupere más rápido, muy pronto comenzara el partido en Madera, todos los ahí presentes no van a quitar su atención de lo que suceda a casi cuatro mil kilómetros, el séptimo se convierte en uno de alternativas, los Mineros llegan arriba en la octava, sin embargo los Venados igualan y en la décima con un elevado entre tres se anota la carrera que marca la eliminación de los Mineros, Cipriano severo en sus juicios se los traga durante toda la trasmisión, un sinfín de críticas inundan la sala, la actuación de Roberto en el Estatal ha concluido.
El domingo 1 de Septiembre en el Yankee Stadium se convoca a los medios a rueda de prensa, es la presentación de Roberto, a su lado están Brian Cashman y Aaron Boone, oficializan la llegada del parralense al equipo, se puntualiza que su incorporación será hasta el lunes 9 o cuando concluya su participación en el Abierto de Estados Unidos, los medios incisivos cuestionan el ascenso de Roberto a las Grandes Ligas, Cashman toma la palabra: “Para los que no conocen la historia de Roberto, antes de jugar tenis, en sus épocas colegiales fue considerado como uno de los cinco peloteros que iban a ser elegidos primero por los equipos en el draft colegial, los Yankees han seguido su trayectoria desde infantiles, ahora tenemos la fortuna de tenerlo entre nuestras filas”, otros medios afirman que más que un lanzador de calidad, lo que busca la organización de los Yankees es un impacto mediático que se verá reflejado en ganancias, ahora es Aaron Boone quien toma la palabra: “Desde que Roberto regreso al béisbol, nuestros scouts lo han seguido, todos los reportes indican que Roberto no ha perdido nada de sus épocas colegiales, al contrario ha mejorado su calidad de lanzamientos”.
A Roberto le lanzan una pregunta muy simple pero a la vez muy compleja, para las emociones que rondan en su mente, ”Porque regresaste al béisbol?”, conociendo la respuesta, ofrece disculpas por contestarla en español, lo que va a decir a continuación tiene un único destinatario y no habla inglés: “Por las mismas causas que deje el béisbol, por mi Padre, ahora regreso por él, tengo una cuenta pendiente con él, no es el simple hecho de jugar Grandes Ligas, es competir, toda mi vida he sido un competidor, ahora que se me da la oportunidad quiero que mi Padre me vea convencido que él nunca se equivocó, mi Padre siempre dijo que yo iba jugar Grandes Ligas y aquí estoy, no lo voy a defraudar”.
En el hotel una ola de lágrimas inunda los rostros de todos los asistentes, todos se quedan perplejos por lo que acaban de escuchar…






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