Su trayectoria, que abarcó desde 1978 hasta 2014 marcó un antes y un después en la práctica y enseñanza de este deporte en la región

Marcos Merendón / El Sol de Parral

El nombre del profesor Bernardino Aguirre Navarrete está profundamente ligado al desarrollo del atletismo en Parral. Su trayectoria, que abarcó desde 1978 hasta 2014, marcó un antes y un después en la práctica y enseñanza de este deporte en la región, dejando una huella tanto en los atletas como en la comunidad deportiva.

Su inicio en el atletismo se remonta a su época como estudiante en la Escuela Superior de Educación Física, donde, para solventar sus estudios, comenzó a entrenar a pequeños grupos en escuelas primarias y secundarias. Con esfuerzo y dedicación, logró que algunos de sus primeros atletas calificaran a un campeonato nacional. A partir de entonces, su pasión por formar nuevos talentos se consolidó como su propósito de vida.

En 1982, tras concluir su licenciatura en Educación Física, Aguirre Navarrete llegó a Parral y se estableció como entrenador. Su enfoque se centró en los jóvenes de la región, quienes, a pesar de las adversidades climáticas y la falta de recursos, demostraron un compromiso admirable. “Las condiciones aquí en Parral eran muy duras, pero afortunadamente hubo atletas que rompieron récords nacionales y obtuvieron medallas en competencias internacionales, como los Juegos Centroamericanos Juveniles”, recordó.

A lo largo de su carrera, el profesor Bernardino identificó en sus pupilos no solo el talento natural, sino la disciplina y la voluntad, cualidades indispensables para destacar en el atletismo. “Un campeón siempre busca más. Mientras uno me decía ‘ya terminé’, otro preguntaba ‘¿qué más puedo hacer?’ Esa actitud marcaba la diferencia”, señaló.

Su filosofía de entrenamiento iba más allá de las pistas. Según él, el atletismo no solo forma atletas, sino también personas íntegras, capaces de enfrentar los retos de la vida con disciplina y resiliencia. “El mayor legado que se lleva un atleta es la formación personal: cómo resolver problemas, mantenerse lejos de vicios y llevar una vida saludable”, enfatizó.

A pesar de los logros alcanzados, Aguirre Navarrete enfrentó desafíos en la evolución del atletismo local. En sus inicios, las competencias escolares y estudiantiles eran fundamentales para descubrir nuevos talentos, pero con el paso de los años, estas se redujeron considerablemente. Además, destacó la necesidad de entrenadores especializados para abarcar las diversas disciplinas del atletismo.

“Ahora hay más actividades deportivas y artísticas, lo que dispersa a los jóvenes. Sin embargo, la entrenadora Sarahy Armendáriz ha hecho un gran trabajo formando un grupo prometedor. Creo que el futuro del atletismo en Parral es alentador, pero hace falta más apoyo y más entrenadores para cubrir todas las especialidades”, señaló.

El legado del profesor Bernardino no se mide únicamente en los trofeos obtenidos o los récords rotos. Su mayor contribución fue sembrar en los jóvenes parralenses la confianza en sus habilidades y el deseo de superarse. “Cuando decían ‘ahí vienen los de Parral’, sabíamos que nos respetaban por nuestra preparación y espíritu competitivo”, recordó con orgullo.

Aguirre Navarrete agradeció a los padres de familia, directores escolares y autoridades municipales que lo apoyaron durante su carrera. Con humildad, instó a los padres a motivar a sus hijos a practicar deportes, reconociendo que cualquier disciplina puede transformar vidas. “El atletismo es formativo y hermoso, pero cualquier deporte es una herramienta para alejar a los jóvenes de los vicios y ayudarlos a descubrir su verdadero potencial”, concluyó.

Su legado sigue vivo en cada atleta que pisa las pistas de Parral, recordando las lecciones de disciplina, pasión y esfuerzo que el profesor Bernardino les enseñó.

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