
“La pediatría me ha dado grandes satisfacciones”, manifestó uno de los galenos más reconocidos por su trayectoria profesional dentro de la especialidad
Javier Cruz
“La pediatría me ha dado grandes satisfacciones, he sido participe por más de 50 años en la salud de los niños y niñas de mi tierra y de mi gente”, fueron las palabras del doctor José Norberto Urquidi Espinoza, uno de los galenos más reconocidos por su trayectoria profesional dentro de la especialidad de la pediatría, quien también manifestó que un médico nunca se acostumbra a ver el dolor y el sufrimiento de una persona, más cuando se trata de un niño pues aseguró que: “No hay mayor angustia de una madre, que ver a su pequeño hijo enfermo”.
El galeno manifestó que es 100% parralense ya que nació en este municipio un 5 de agosto de 1938. Estudió en la secundaria Federal y en la preparatoria Federal. Dijo que como muchos que querían estudiar una profesión, tuvo que emigrar a la Ciudad de México con unos tíos para poder salir adelante con sus estudios universitarios ya que en aquellos años en Parral no había las oportunidades de ahora.
Decidido a ser médico general y partero, a la edad de 19 años ingresó a la Facultad de Medicina de la UNAM en el año de 1957; consideró que fueron años muy difíciles, como todo provinciano el adaptarse a esta gran ciudad no fue fácil, fueron años de esfuerzos y sacrificios, como muchos profesionistas cuando realizan sus estudios fueron tiempos de “Estudihambre”, sin embargo, el apoyo de sus tíos fue fundamental para lograr su carrera.
Ya instalado en el domicilio de sus tíos se sintió como en casa, para escoger esta carrera tuvo como antecedentes otros médicos de la familia que fueron su ejemplo, con el tiempo se fue adaptando y teniendo nuevas amistades y con los compañeros de la universidad fue más llevadero el tiempo. Fueron cinco años de estudios universitarios y un año de servicio social, el cual lo realizó en 1961 en el hospital de la compañía minera Frisco de San Francisco del Oro.
Recuerda que dicho nosocomio era de los más completos de la región, al estilo americano, no padecían de recursos para que este funcionara, se daba servicio médico a los mineros y a trabajadores de la compañía, así también estaba abierto a la comunidad. Uno de los médicos que recuerda es el doctor José Antonio Quintana, el cual le ayudó en su formación y ya como por los años de 1963-1964 comenzó a ejercer la medicina en Parral, siendo en la compañía minera Asarco su primera plaza.
Mencionó que la compañía tenia el hospital de la Sección 9, también conocida como Clínica de los Mineros, esta se encontraba ubicada en la calle Eligio Muñoz, donde también llegó a atender mineros accidentados, partos y consulta familiar. “En aquellos tiempos no era muy extensa la membresía de médicos en la ciudad, de aquel tiempo recuerdo al doctor Juan Reyes Bóveda y al doctor Carmona.”
No fue hasta el año de 1972 cuando estudió la especialidad de Pediatría en el Hospital Infantil Federico Gómez de la Ciudad de México la cual cursó con el apoyo del doctor Antonio Nava Rodríguez, uno de los pocos pediatras que había en aquel entonces. Este le sirvió como ejemplo para continuar su inclinación hacia esta especialidad, terminando sus estudios el doctor Urquidi se regresa a Parral, el cual es su terruño, su tierra y su gente.
Indicó que en esos años la pediatría estaba iniciando ya que eran escasos los especialistas, no solo en el estado sino también en el país, de los que recuerda en Parral se encuentran los médicos Rico Bustamante, Carlos Gil, Antonio Navarro Rodríguez y el doctor Agustín Álvarez Núñez. A su regreso como médico pediatra encuentra una población de niños con muchas necesidades de salud, para él había un campo enorme de trabajo, su primer consultorio estuvo en la avenida Independencia donde trabajó por cuatro años.
Su segundo consultorio continúa ubicado en la calle del Cerro número 21 el cual ya tiene 50 años dando la atención médica a los niños de Parral, de la región sur de Chihuahua y del norte de Durango. Norberto Urquidi es uno de los especialistas mas reconocidos en la sociedad parralense, a sus 87 años de edad manifiesta que el ánimo no se ha deteriorado, seguirá atendiendo a los niños hasta que Dios se lo conceda.
Consideró que han cambiado en mucho los padecimientos de los niños de los años setenta a nuestros días, cuando el comenzaba a ejercer la profesión eran muy comunes los padecimientos gastrointestinales tipo infecciosos, en parte por la calidad del agua que consumían los niños, otro factor es que no había como ahora las medidas de higiene, como lavado de manos, hervir el agua, esterilizar los biberones, el uso del cloro, entre otras cosas.
Antes se llegaron a presentar casos graves por diarreas, deshidratación, desnutrición y los problemas de tipo respiratorios, recuerda que en aquellos años las áreas de pediatría se saturaban de infantes enfermos, había una morbilidad de casos por los padecimientos intestinales y respiratorios, ahora estos casos ya son menos, se están presentando mas enfermedades de infecciones respiratorias, neoplásico, sangrados, accidentes en el hogar e infecciones menores de tipo intestinal.
Consideró que en el tema de la salud infantil se ha avanzado mucho, las instituciones de salud han implementado continuamente programas para reforzar las medidas que la población debe de llevar a cabo, así como campañas de vacunación, en que se protege a los niños, como es el caso de la poliomielitis, enfermedad que representó ser un azote para la población en 1970, hoy en día aún se sigue batallando para que se implementen las vacunas en los niños, pero ya hay más conciencia por parte de los padres.
Otro de los males que se están presentando en nuestro país es la obesidad infantil, como han cambiado en mucho los hábitos de alimentación que se tenían hace 40 ó 50 años, así como el sedentarismo, tenemos niños y niñas más gorditos, esto es un gran problema ya que, a corto, mediano y largo plazo, se verán enfermedades como; diabetes, hipertensión arterial, problemas cardiacos, respiratorios y un deterioro del sistema inmunológico.
“No hay mayor angustia de una madre, que ver a su pequeño hijo enfermo, se cree que un médico esta ya acostumbrado a ver el dolor y el sufrimiento, no es así, en cada pequeño que está sufriendo tiene uno el sentimiento de compartir la preocupación con los padres de familia que en ese momento tienen el problema, eso es muy importante hacer saber que estamos con ellos para que sus hijos se alivien”, manifestó
Para finalizar el doctor Urquidi señaló que se siente muy satisfecho y con un gusto enorme de seguir contribuyendo para cuidar la salud de los pequeños: “Las satisfacciones son a diario, en cada abuelita, madre o padre de familia que deposita su confianza en uno para ser participe en la salud de sus hijos o nietos, en el camino como es de humanos se tiene altibajos, existen fracasos, frustraciones, anhelos, pero siempre hay un balance al final”.





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