
La Libertad en Tiempos de Retroceso: Un Llamado a la Verdad, la Unión y la Esperanza.
Hoy, en pleno 2025, me dirijo a ustedes con el corazón y la pluma en alto, consciente de que la libertad de expresión es el pilar fundamental de toda sociedad democrática. Durante estos años he batallado, a veces en silencio y a veces con voz de trueno, por un periodismo honesto y por la denuncia de injusticias arraigadas en nuestras instituciones. Inspirado en el legado de José Guadalupe Araiza y defensores de la Librtad de expresión —reportero, historiador y luchador social—he procurado, en su memoria, rescatar la esencia de una lucha que debe continuar con fuerza, pese a los retrocesos que hoy enfrentamos.
Hace pocos días, mientras repasaba la vida y obra de aquel incansable defensor de la verdad, me invadió la dolorosa certeza de que, a pesar de los avances tecnológicos y de las conquistas en ciencia y comunicación, hemos retrocedido de manera gigantesca en cuanto a libertades fundamentales se refiere. La historia, desde los albores del siglo XIX hasta nuestros días, evidencia que, aunque se nos proclame un mundo en el que «sí se tiene libertad», en realidad convivimos bajo regímenes que, con discursos disfrazados de apertura, amenazan nuestra integridad: una libertad que conlleva la sensación de tener, literalmente, una espada clavada en la espalda, impulsada por redes de sicariato y seguidores fanáticos que sostienen una corrupción endémica y letal.
Soy un inmigrante. Desde aquel turbulento Verano Caliente de 1986, tras un flagrante fraude electoral que dañó mi tierra natal, Parral, me vi obligado a buscar un nuevo rumbo en Estados Unidos. Esa experiencia, forzada por mi inquebrantable postura contra la corrupción, marcó mi vida y cimentó mi compromiso de denunciar, sin temor ni titubeos, las injusticias que continúan mancillando nuestro país.
A lo largo de mi trayectoria periodística he sido propietario de la revista «A Tiempo», un espacio que, a pesar de haber quedado en el recuerdo, fue un bastión de la libertad de expresión. He asumido roles de liderazgo en la estación de radio XEAT en Parral, Chihuahua—experiencia iniciada gracias a la invitación de mi buen amigo Adalberto Gutiérrez EPD—y tuve el privilegio de dirigir la emisora KBBF en Santa Rosa, California, una radio bilingüe y comunitaria que dio voz a quienes, a menudo, eran excluidos de la narrativa dominante. Posteriormente fundé Parralenses Alrededor del Mundo, un proyecto que hoy se consolida con gran éxito y que se mantiene de manera totalmente gratuita, al igual que el esfuerzo altruista de todos los que colaboran en él. También contribuí con editoriales para la Revista La Nación, afianzando mi compromiso a favor de un periodismo sin miedos y apegado a la verdad.
Nuestro compromiso con la verdad y la justicia se desarrolla en un contexto adverso, donde la libertad proclamada en los discursos oficiales se traduce, en la práctica, en amenazas y actos represivos. Un ejemplo claro es el lamentable caso de la mina «La Prienta», donde contratos obsoletos y profundamente injustos ocultan el verdadero valor de recursos esenciales, dejando a las comunidades desprotegidas. Cada palabra destinada a desenmascarar estos hechos se convierte en un acto de valentía frente a sistemas opresores que, mediante sicariato y corrupción, buscan silenciar a aquellos que se atreven a denunciar.
Nuestro compromiso trasciende el periodismo. Es también un llamado a construir una sociedad basada en la educación, el respeto mutuo y principios fundamentales que fortalezcan a nuestras familias y comunidades. Aunque resido en el extranjero, mi labor en Parralenses Alrededor del Mundo es completamente gratuita, demostrando que la verdad y la justicia social no deben estar atadas a intereses económicos. Creemos firmemente que, sin importar creencias políticas, religiosas o culturales, todos tenemos un lugar, siempre que aprendamos a respetarnos y a unir fuerzas en un esfuerzo común para tejer un sólido tejido social que sirva de faro para un México mejor.
Hoy, hago un llamado urgente a la reflexión y a la acción:
Fortalezcamos redes de apoyo entre periodistas, medios independientes y organizaciones de derechos humanos para establecer mecanismos eficaces de rendición de cuentas y protección efectiva frente a la represión.
Construyamos alianzas estratégicas que nos permitan desmantelar, desde sus raíces, los sistemas corruptos que amenazan la integridad de nuestra sociedad.
Honremos el legado de quienes han sacrificado su vida por la verdad, recordando que el periodismo comprometido es la herramienta más poderosa para transformar realidades.
Que este manifiesto resuene en cada corazón y que nuestras acciones, basadas en la verdad y la justicia, sean el faro que ilumine el camino hacia un futuro en el que la libertad de expresión sea inquebrantable y la unión de nuestras comunidades se convierta en la fuerza transformadora que construya un México digno y transparente.
¡Viva la libertad de expresión! ¡Viva un México unido en la búsqueda incansable de la verdad!
Por Cesar Molina.
Incluso lo simple es censurado en un “régimen democrático” que roba nuestras libertades.






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