
Hoy nos detenemos en este primer aniversario para rendir un homenaje muy especial a Asunción “Chon” Ronquillo Yañez, una figura emblemática del béisbol chihuahuense, cuya vida y hazañas siguen inspirando a generaciones.
Un legado forjado en humildad y pasión Nacido el 1 de septiembre de 1943 en la calle González Ortega, Parral, “Chon” comenzó su andadura en el béisbol desde muy temprana edad. Con la inocencia y el fervor de la infancia, pronto se destacó por su exquisito fildeo y su habilidad innata para el bateo. Un recuerdo que encapsula esos humildes inicios es cuando, jugando en la categoría juvenil con AZTECAS, recibió de Don Pablito Moya su primer par de spikes usados. Esa anécdota, contada con una sonrisa que decía “me sentía como perico caminando sobre alfombra”, es un testimonio conmovedor de cómo la pasión y el compromiso son los cimientos sobre los cuales se forjan los grandes campeones.
El ascenso a la élite y la gesta de los 72 ceros A lo largo de su carrera, “Chon” se consolidó como una pieza clave en equipos legendarios. Desde su debut con Mineros de la Sección 9, bajo el timón de Julio Villegas, hasta su brillante participación en la III zona con IEMSA, cada etapa fue una escalera hacia la grandeza. Su talento y carisma trascendieron al punto que, durante la temporada de 1966, se ganó un lugar en el mítico equipo de los Dorados de Chihuahua, que quedó inscrito en la historia al lograr la increíble hazaña de los 72 ceros en el Campeonato Nacional.
Además, “Chon” destacó como el campeón bateador del torneo, siendo protagonista en momentos decisivos—como ese inolvidable sexto juego en el que realizó un doble play inesperado lanzando a home—reforzando su reputación como un jugador que sabía reinventarse y asombrar con cada jugada.
Una vida de entrega y coraje Este homenaje no solo evoca hazañas deportivas, sino también una vida entera dedicada al esfuerzo, la humildad y el compañerismo. Su carrera, que transcurrió a la par de luminarias y grandes rivales convertidos en compañeros, es la síntesis perfecta del espíritu de un verdadero campeón. Equipos como S.R.H., D.A.N.S.A. y PEPSICOLA de Meoqui y la inolvidable imagen de “Chon” en el diamante, nos recuerdan que el éxito se mide en la pasión con la que se vive el juego y en la capacidad para inspirar a quienes lo siguen.
Más que un jugador, un símbolo Hoy, al recordar su legado, celebramos a un hombre que supo transformar cada experiencia en una lección de vida. Su historia, narrada con tanto detalle por Armando Salcido, sigue siendo un faro de inspiración para todos aquellos que creen en el poder del deporte para cambiar vidas. Es imposible no emocionarse al revivir aquellos entrenamientos exigentes, las amistades forjadas en el campo y la determinación inquebrantable que lo impulsó a ser no solo un gran fildeador y bateador, sino una figura inolvidable en el béisbol mexicano.
Que este aniversario sea un momento para recordar, celebrar y compartir anécdotas sobre “Chon” Ronquillo. ¿Qué recuerdo atesoras tú de aquellos días en que el béisbol se vivía con tanta pasión y entrega?
A veces, en los detalles más humildes—como un par de spikes usados—reside la grandeza de los sueños. La memoria de “Chon” nos invita a perseguir nuestros ideales con el mismo fervor y dedicación, a creer que cada avance, cada jugada y cada esfuerzo contribuyen a escribir una historia digna de ser recordada.
¡Viva el legado de Asunción “Chon” Ronquillo, su espíritu y su pasión que siguen encendiendo el corazón de los amantes del béisbol!
Por Armando Salcido
Cesar Molina






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