
El equipo infantil de Chihuahua venció obstáculos, recorrió miles de kilómetros y movió corazones para cumplir un sueño histórico
Daniel Coronado / El Heraldo de Chihuahua
No fueron solo rivales los que enfrentaron, también fueron kilómetros, incertidumbres, falta de recursos y decisiones administrativas. El equipo infantil de béisbol El Swing Perfecto, originario de Chihuahua, convirtió una travesía llena de obstáculos en una historia de fe, unión comunitaria y gloria deportiva al conseguir el pase a la Serie Mundial de Ligas Pequeñas en Williamsport, Pensilvania.
Desde el inicio, el torneo fue una prueba de resistencia. La sede original, en Guaymas, Sonora, recibió al conjunto chihuahuense con apenas 10 jugadores, número permitido por reglamento, pero que implicaba una desventaja estratégica. Aun así, los pequeños se fajaron, con un pequeño coach en primera base y otro cuidando a los niños desde el dogout, como dicta la norma, avanzando hasta semifinales por puro mérito en el campo.
Pero cuando parecía que el sueño comenzaba a tomar forma, llegó la primera sacudida: una protesta por parte del equipo de Guaymas hizo que se cancelaran las semifinales. Sin tiempo para lamentarse, los niños y su cuerpo técnico regresaron a Chihuahua, descansaron solo un par de horas y emprendieron viaje por carretera a Saltillo, donde disputarían nuevamente la semifinal… hasta que otro mensaje suspendió el juego cuando ya ganaban 2-0. La impotencia fue inmensa, pero más fuerte fue la fe.
Con la moral en vilo, el equipo regresó una vez más a casa. Sin fondos para costear un nuevo traslado, padres, entrenadores y jugadores organizaron colectas, rifas y solicitaron apoyos. La comunidad chihuahuense respondió con fuerza, haciendo suyo el sueño de estos 10 guerreros. “Sabíamos que Dios tenía algo preparado para nosotros”, recuerda Esteban “Pingüi” Gallardo, entrenador del equipo.
Una vez de vuelta en Guaymas, y ante más de dos mil personas que apoyaban al anfitrión, los niños sacaron la casta y vencieron 2-0 en semifinales. En la gran final, frente a un poderoso equipo de Matamoros, el Swing Perfecto vino de atrás para llevarse el triunfo 4-1. Lo que vino después fue lágrimas, abrazos y un boleto directo a la tierra donde nacen las leyendas del béisbol infantil: Williamsport.
“Hoy somos el primer equipo en la historia de Chihuahua en conquistar este campeonato”, expresó Gallardo, quien agradeció primero a Dios, luego a sus jugadores, a las familias y a toda la gente que creyó. “Estos niños serán la inspiración de muchos para llegar más lejos”.
Ahora, El Swing Perfecto se prepara para representar a México, a Chihuahua y a toda una comunidad que demostró que, cuando se juega con corazón y se viaja con fe, no hay obstáculo suficientemente grande para detener un sueño.






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